Mientras que el Museo del Prado es el bastión del arte clásico de Madrid, el Centro de Arte Reina Sofía guarda los tesoros modernos más preciados del país.
El extremo sur de la Avenida del Arte lo ocupa el museo que lleva con orgullo el nombre de la actual Reina de España: el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Su colección permanente fue inaugurada por Sus Majestades el 10 de septiembre de 1992, aunque fue fundado como centro dedicado principalmente a exposiciones temporales en 1986.
Continúa donde termina el Prado, la segunda mitad del siglo XIX, y cuenta con exhibiciones de pintura, escultura y multimedia hasta el siglo XXI y, los pisos segundo y cuarto del museo albergan la colección permanente, accesible por ascensores exteriores con ventanas.
El Reina Sofía es, por sus características singulares y sus múltiples actividades, más que un museo. Atrae no sólo a amantes de la pintura y la escultura contemporáneas, de todas las edades, sino que, además, es el museo de Madrid más popular entre los jóvenes.
Atiende sus intereses con programas educativos que tienen como objetivo fomentar la creatividad y el interés por el arte entre los niños.
En las salas expositivas los visitantes pueden ver las obras maestras de los grandes genios de la vanguardia española, con Picasso, Miró y Dalí .a la cabeza. Y quedarán gratamente sorprendidos por el gran número de exposiciones temporales dedicadas a artistas importantes ya famosos por la crítica, así como a jóvenes creadores que han obtenido aprobación o han causado controversia debido a la radicalidad de su obra.
Las últimas producciones de videoarte y cine internacional, composiciones musicales de vanguardia, las últimas ediciones de libros y revistas de arte de todo el mundo e incluso un paseo por el jardín interior son atractivos para el visitante interesado en el arte.
Este museo, dedicado al arte del siglo XX, está situado en un punto de especial importancia en la vida cotidiana de Madrid, la Glorieta de Carlos V, comúnmente conocida como «Atocha».
Está ubicado en uno de los edificios más emblemáticos de Madrid; el antiguo Hospital General.
La restauración iniciada bajo la dirección de Antonio Fernández Alba ha respetado los planos de la época y el diseño arquitectónico general del edificio. Alba, no obstante, renovó a fondo la estructura para dotarla de todas las características necesarias hoy en día para un museo de primer nivel.
Cuando el visitante accede a la plaza donde se encuentra la puerta principal del museo, lo primero que llama la atención son las dos altas y transparentes torres que albergan los ascensores del edificio.
Las estructuras fueron diseñadas por José Luis Iñiguez de Onzoño y Antonio Vázquez de Castro, en colaboración con el arquitecto británico Ian Ritchie.
La experiencia de elevarse rápidamente sobre el colorido mosaico de los antiguos tejados de Madrid en uno de estos ascensores prepara al visitante para su entrada a la enorme extensión de las salas de exposiciones del centro.
No en vano, el Museo Reina Sofía es uno de los museos más grandes del mundo con 36.701 metros cuadrados de superficie útil, de los cuales 12.505 están dedicados a salas de exposiciones.
El ancla y corazón de la actividad del museo es, lógicamente, su colección Permanente. En la segunda planta el centro expone una cuidada selección de las obras de su colección que suman más de 10.000.
El famoso cuadro de Picasso, Guernica, ocupa el lugar de honor de la colección por su importancia histórica y artística, no sólo símbolo de las libertades públicas para varias generaciones de españoles, sino también, desde su regreso al país, de una nueva período de convivencia.
Las autoridades del museo llevaron a cabo un importante proyecto arquitectónico para su instalación en la sala número 7 del edificio.
Los bocetos preparatorios realizados por el artista malagueño acompañan al Guernica, al igual que obras (realizadas en esos mismos momentos dramáticos) de Alberto Sánchez, Salvador Dalí y Le Corbusier.
El contenido y estructura de la Colección Permanente pone de relieve las estrechas relaciones entre el arte español del siglo XX y la vanguardia internacional. Éstas se muestran en los primeros contactos de los artistas españoles con Europa en las pinturas de artistas como Hermenegildo Anglada Camarasa, Isidre Nonell, Ignaclo Zuloaga, José Gutiérrez Solana o Francisco Rubio.
A estos les siguen los movimientos cubistas y surrealistas con Picasso, Miró, Dalí, Juan Gris, Julio González, María Blanchard, Öscar Domínguez…. La influencia europea también es visible en la obra de la llamada Escuela de París: Vázquez Díaz , Pacho Cossío, Alfonso Pérez de León, entre otros.
El centro también dedica espacio a las alternativas que convivieron con los movimientos de vanguardia, exponiendo obras del Clasicismo Mediterráneo de Joaquín Sunyer y Manolo Hugué así como obras de la Nueva Objetividad, de José Velasco y José Togores.
También contiene pintura figurativa española anterior a la Guerra Civil, y obras de Antonio López Torres y Daniel González en representación de movimientos realistas.
Por último, la colección documenta el resurgimiento de las ideas de vanguardia en los años 40 y la importancia de las tendencias abstractas durante los años 50 y 60. Incluye las obras informalistas del Grupo El Paso, Antoni Tapies y Eduardo Chillida, así como obras geométricas del Equipo 57, liderado por Pablo Palazuelo.
Pero el museo no sólo ofrece al visitante la oportunidad de repasar la historia del arte. una serie de «Propuestas» han nacido de las exigencias del arte moderno y del deseo de brindar la oportunidad de participar, liberando al espectador de los puros estudios cronológicos.
A través de importantes figuras del arte español de las últimas décadas (Luis Gordillo, Eduardo Arroyo, Equipo Crónica, Miguel Navarro, Susana Solano) contrastadas con otras del panorama artístico internacional (Lucio Fontana, Barnett Newman, Ellsworth Kelly, Bruce Nauman, Dan Flavin ) el Museo pretende obligar al espectador a reflexionar sobre la diversidad del mundo del arte actual, así como a seguir desarrollando su colección.
Encontrará la mitad anterior de la colección permanente en el segundo piso; aquí es donde se concentra la vanguardia española del cambio de siglo.
El cubismo y el surrealismo están ampliamente representados por obras como el «Guernica» de Picasso, «El gran masturbador» de Dalí, «El perro andaluz» de Buñuel y los cuadros de Juan Gris.
Conocidas muestras del arte abstracto y pop se puede encontrar en el cuarto piso.
En resumen, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía ofrece la rara oportunidad de ver, en detalle, una interpretación de la historia del arte y una colección en evolución. Un museo del siglo XX para el siglo XXI.
Edificio y ubicación del Reina Sofía
Puedes disfrutar de las vistas de la estación de tren de Atocha mientras te diriges a las galerías. Es un placer recorrer el edificio en sí, ya que se caracteriza por amplios espacios abiertos y techos altos centrados alrededor de un espacioso patio / jardín de esculturas.
Una edificación roja llamativa diseñada por Jean Nouvel se completó en 2005 y alberga un auditorio, una biblioteca, una librería y un espacio para exhibiciones temporales.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
- Dirección: C/ Isabel, 52, 28012 Madrid
- Teléfono: Tel: (+34) 91774 10 00
- Cómo llegar:
- Linea de Metro: Atocha (línea 1)
- Líneas de bus: 6, 10, 14, 18,19, 26, 27, 32, 34, 36, 37, 41, 45, 46, 55, 57, 59, 68, 86, 119, Circular
Barrio de Lavapiés
- Web: https://www.museoreinasofia.es/
Horario:
Abierto: 10 am-9pm, lun-sáb; 10 am-2:30pm domingo Cerrado: martes; 24, 25 y 31 de diciembre; 1 y 6 de enero; Mayo 1; 9 de septiembre; 9 de noviembre Entrada gratuita: sábados de 14:30 a 21:00 horas; 10 a. M. A 2:30 p. M.
Los domingos; 28 de mayo, 12 de octubre, 6 de diciembre.
Entrada gratuita:
Siempre gratis para: menores de 18 años, mayores de 65 años, jubilados, desempleados, voluntarios culturales y educativos.